El Ruiseñor
- vargassebastianh
- 28 abr
- 3 Min. de lectura
Este libro con texto de Florencia Esses (a partir de un cuento de Hans Christian Andersen) e ilustraciones de Daniela López Casenave fue publicado hace poquito (fines de 2024) por Edelvives, en su colección Ala Delta para primeros lectores, con la edición de Natalia Méndez.

[Mini digresión: el libro acaba de recibir el prestigioso premio Destacados de ALIJA en el rubro poesía para niños.]
Esta es, en efecto, una versión poética del cuento de Andersen, realizada en coplas de octosílabos con rima en los versos pares, como los antiguos romances españoles. La narración en verso permite contar la historia paso a paso, sin omitir ninguna acción importante y deteniéndose todo lo necesario en los detalles (que son, por supuesto, el corazón de toda historia); pero también dejan que se desarrolle el ritmo, la sonoridad y todos los recursos de la poesía. Además, esta versión de Florencia presenta algunos elementos típicos de sus obras, como el humor, una tierna atención a las diferentes voces y sentires de los personajes (incluso los secundarios) y una presencia constante del pueblo y la gente sencilla como protagonista (a pesar de que el emperador veleidoso y caprichoso querría tener solo él el rol protagónico).
La historia en sí es muy conocida: el emperador lee acerca del canto del ruiseñor y ordena a sus súbditos que lo encuentren, ordena que lo traigan para él, y una vez que llega, le ordena al ruiseñor que le cante. El ruiseñor comienza a cantar y alegra la vida del emperador, hasta que llega a palacio un ruiseñor mecánico, un pájaro androide brillante y enjoyado que entona su canción a la perfección y sin cansarse… siempre la misma melodía, claro: es una caja de música sofisticada nomás. El ruiseñor viviente, ofendido o quizá decepcionado, se va del palacio. Cuando el pájaro mecánico se descompone, el emperador lamenta su decisión de haber dejado ir al pájaro verdadero, y se entristece tanto que todos comienzan a temer por su vida (y un poco por el futuro de la gente del imperio también). ¿Volverá el armonioso pájaro gris a alegrar las tardes del palacio? ¿El emperador recibirá, por el contrario, su merecido por su carácter veleta y desconsiderado? La historia nos lo contará, e incluso nos dará permiso para convertir esos versos en una bella canción.
Y todo esto, acompañado por las espectaculares ilustraciones de Daniela López Casenave, llenas de un humor y de una chinitud incuestionables, en un muy buen equipo con los versos de Florencia.
Un gran libro, que se disfruta un montón y recomiendo con fervor cantarín.
6
Por fin llegaron y vieron
el palacio a puro brillo,
completamente adornado
con flores en los pasillos.
—Que el pajarito se pose
sobre esa percha de oro
—ordenó el emperador
señalando desde el trono.
El canto fue delicioso,
un verdadero manjar,
una flecha al corazón,
un dulce en el paladar.
El emperador lloró
con gotas de emoción pura
(no era algo muy usual
que mostrara su ternura).
—Quiero que viva acá adentro,
la jaula será su nido
—ordenó el emperador
totalmente convencido—.
Si quiere puede volar
una o dos veces por día,
mientras cante para mí
sus más bellas melodías.
Quizá les guste saber
si el ruiseñor aceptó,
si lo entusiasmó la idea,
si dijo que sí o que no.
Pero no hubo una pregunta,
nadie esperó una respuesta.
Si un emperador lo pide,
es orden, ya no es propuesta.
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