Esta novela breve de Jaquelina Romero con ilustraciones de Pablo Tambuscio fue publicada por Estrada en su colección Azulejos, serie naranja, con la coordinación literaria de Karina Echevarría.
Se trata de una historia llena de humor, en la que el narrador, Juan Martín, un niño de los últimos años de la primaria que vive solo con su madre en un departamento mínimo, se ve obligado a convivir, durante los cuatro días de un fin de semana largo, con su único familiar restante: su tía abuela Berta, una mujer mayor que no tiene ninguna de las ventajas de las tías ni de las abuelas, pues es malaonda, despótica, ácida, fumadora, alcohólica, y enarbola como un arma un largo y pesado bastón de madera (y sabe cómo utilizarlo).
La mamá de Juan Martín debe trabajar todo ese fin de semana, así que él “queda a cargo” de la tía-abuela Berta, aunque eso es un decir, porque es más bien él quien debe intentar evitar que ella cometa todo tipo de tropelías. Además, por casualidad Juan Martín intercepta unos extraños mensajes de whatsapp que lo hacen sospechar que Berta es, bajo su “inocente” aspecto de familiar mayor, una peligrosa espía con una inconfesable misión, quizás (más que probablemente) terrorista. Cuando Berta descubra que Juan Martín sabe su secreto... ¿qué decidirá hacer, con ese agente topo que reveló sus planes?
A lo largo de esos días llenos de peripecias, sin embargo, Juan Martín y Berta irán superando su mutua desconfianza, resolverán por fin la misteriosa identidad de ella y verán nacer entre ambos una relación de, quién lo diría, verdadero cariño.
Las ilustraciones de Pablo Tambuscio acompañan en forma espectacular la historia, en especial cuando muestran el personaje de Berta, zanguanga y políticamente incorrecta y a la vez, en cierta forma, tierna.
En fin: una novela muy divertida, que se lee de un tirón y se disfruta mucho. Recomendada.
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