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Profe, ¿dónde se aprende a ser tallerista?

Este libro de Viviana Ledesma, María Victoria García y María Victoria Sastre Echarri fue publicado hace pocos meses (fines de 2024) por Sofía Casa Editorial, con edición de Cecilia Viola y diseño de Florencia Saez.


La metodología del taller para promocionar la lectura en chicos y grandes es una herramienta poderosa y convocante; pero como toda herramienta, debe saberse utilizar, y para saber, hay en primer lugar que aprender. Aquí las autoras, docentes de gran experiencia, comparten sus saberes como docentes del Curso de Formación de Talleristas en el profesorado Joaquín V. González (ciudad de Buenos Aires). Y también homenajean el lugar donde ellas mismas aprendieron y se formaron: en el mismo profesorado, la cátedra Pagnotta-Aime de Metodología de la Enseñanza 1 y 2, donde durante muchos años, desde comienzos de la década de 1990, se desarrolló una praxis docente que incluía, como una de sus aristas, el programa de promoción de la lectura La Andariega, una mochila itinerante para buscar lectores, con el que estudiantes del profesorado de Lengua y Literatura, como parte de su propia formación docente, hacían trabajo de campo llevando libros y desarrollando talleres de promoción de la lectura en escuelas, bibliotecas, clubes sociales, hospitales y demás instituciones diversas de todo el país.


[Breve digresión: yo soy egresado también del Joaquín (uno de los profesorados más prestigiosos e importantes del país (y no digo el más importante porque claro, no soy lo suficientemente imparcial como para asegurar eso)), y conozco a las autoras (aunque solo fui compañero de cursada de Viviana); cursé también las dos Método con las profesoras Teresa Pagnotta y Susana Aime, y aunque no participé directamente de La Andariega, tengo muchos amigos que sí lo hicieron, y por eso me siento parte (una partecita muy breve y humilde) de esta historia y de este libro.]


Las dos partes del libro (después del prólogo de Susana Aime) muestran no solo la organización de la propuesta, sino que además, para mí, evidencian el logro que significa haber escrito este libro. Por un lado, “Una herencia, una identidad” plantea un merecido homenaje (que nunca se hizo institucionalmente, por cierto) a la cátedra Pagnotta-Aime, lo disruptiva y valiosa que fue esa propuesta para la formación docente de los profesores de lengua y literatura; y se enfatiza especialmente el programa La Andariega (que recibió premios y reconocimientos diversos a nivel local y nacional) y cómo funcionaba, y hacía funcionar, la labor de los talleristas en su trabajo de campo. Esa identidad, ese bagaje docente de conocimiento puesto en acción y en trabajo, se despliega luego en una herencia, tanto dentro como fuera del Joaquín V. González.


Tras esa primera parte de homenaje explícito y relato de los orígenes, la segunda parte, centrada en “El Curso de Formación de Talleristas”, completa para mí el homenaje, en tanto muestra cómo aquella cátedra de Método de las admiradas profes Pagnotta y Aime no quedó enterrada y perdida como algo del pasado, sino que siguió reelaborándose y mutando, no solo en el trabajo de las siguientes titulares de la cátedra y de cátedras relacionadas en el Joaquín (como Silvia Seoane, Andrea Sabarís, Viviana Ledesma), sino también en la labor de todos aquellos jóvenes estudiantes que se recibieron y trabajaron y trabajan como docentes y talleristas. Se describe la metodología del taller y todos sus pilares: el marco teórico, los roles, el trabajo en dupla, el encuadre, la planificación, la elaboración de consignas y de recursos didácticos, el registro… Acompañado por numerosas fotografías, imágenes de los recursos descriptos y una bibliografía detallada. Todo esto convierte a este libro en un insumo esencial para la formación de los docentes como talleristas (algo muy necesario, en mi opinión, para todos los docentes actuales, no solo los de Lengua).


En fin: no quiero extenderme demasiado. Para terminar, solo diré que me encantó este libro, que es riguroso pero a la vez ameno y bien editado, y me parece un gran aporte a la formación de cualquier persona que estudie para ser docente y de cualquier docente que quiera aprender a ser tallerista. Lo recomiendo con fervor.

 
 
 

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