Esta seguro que no es la mejor novela de Faulkner, y nadie que haya leído toda la saga de Yoknapatawpha la ubicaría siquiera en el podio; sin embargo, fue el mayor (casi diría: el único) éxito en ventas que tuvo el autor en vida. Faulkner mismo declaró que había escrito este libro únicamente para ganar plata (aunque antes de publicarlo, en 1931, lo reescribió a conciencia, para que no quedara literariamente tan atrás de sus demás libros). Es también, entre todos los libros del autor, el más escabroso, controversial y gótico, por su temática (eso explica, claro, su éxito en ventas: el morbo vende).
A jugar con Faulkner (las respuestas, abajo)
1. Casi un duelo. En la escena inicial, Popeye, armado con una pistola, encuentra a Horace Benbow del otro lado del arroyo y le pregunta qué tiene en el bolsillo. ¿Qué tiene Horace en el bolsillo?
a. Dinero. b. Un revólver. c. Un libro.
d. Una noticia recortada de un periódico. e. Un sacacorchos.
2. ¿Qué quiso decir Willy? Imagine e indique cuál es el significado de estas palabras que aparecen en el libro.
a. kin b. mo c. gemman d. nuttin
La estructura
La novela está formada por 31 capítulos relativamente breves (aunque el último, más extenso, con el “después” de Popeye, fue agregado por Faulkner a pedido de los editores, y resulta innecesario y explicativo, más o menos como el anexo sobre los Compson que agregó al final de El ruido y la furia). Hay dos mitades claramente diferenciadas: la primera, centrada en los hechos ocurridos en la Vieja Casa del Francés; la segunda, en el juicio posterior, en el edificio de los tribunales de Jefferson. Como nexo entre ambos espacios principales aparecen las escenas sueltas que se desarrollan en el burdel de la señora Reba y los que ocurren en la casa de Horace Benbow. Son esos espacios (cada uno un santuario, a su manera) los que estructuran la acción del libro.
El título
Este es de los pocos títulos de Faulkner que no presentaron problema en la traducción, pues siempre se tradujo como Santuario, que es la obvia y correcta traducción de Sanctuary.
El sentido del título no es tan lineal, sin embargo. La referencia más directa es a la Vieja Casa del Francés, un lugar que aparece en muchas obras de la saga, ubicado en las afueras, al sureste del pueblo de Jefferson, que sirve como “santuario” para una banda de destiladores de wisky ilegal y, a la vez, como refugio para dos visitantes inesperados, Temple y Gowan, que se amparan en las sagradas y milenarias leyes de la hospitalidad para quedarse allí como huéspedes.
Sin embargo, hay también otros santuarios a lo largo del libro:
- Temple Drake es, en sí misma, un santuario (y su nombre de pila, “Templo”, parece reforzar esa idea): el cuerpo femenino como sagrado, como algo que se debe proteger (en particular, los órganos reproductivos de una chica virgen).
- El edificio de los tribunales, en Jefferson, que funciona también como comisaría, es un santuario: representa el poder del Estado y la legalidad que ata y reúne a todos los ciudadanos: allí, en ese edificio, se determina el destino de los acusados de un crimen, y lo que allí se define es incuestionable, inmodificable.
- La ley es un santuario también: representación de la Justicia con mayúscula, palabra sagrada que clasifica y discrimina las acciones de las personas en buenas o malas, justas o criminales.
- El burdel de miss Reba y la casa de Benbow son presentados también como santuarios: lugares donde solo entran los que tienen permiso para ello, donde hay que cumplir reglas y, si se cumplen, eso brinda una protección de los peligros exteriores.
Lo que tienen en común todos estos lugares (reales o figurados) es que todos y cada uno de ellos son violados, con lo cual no se cumple en absoluto esa función de santuario que se supone que deberían tener: nadie está a salvo allí (ni en ninguna parte), la idea del santuario es una mentira o una ilusión. El título de la novela es eminentemente irónico.
Norreseña
El sexo y el crimen forman parte de muchas de las obras de la saga, pero esta es la única novela de Yoknaphatawpha en la que son temas centrales; como dije, eso explica, probablemente, que Santuario haya sido un éxito de ventas, aunque su propio autor la considerara una “historia amarillista” hecha solo “para ganarse unos mangos”. Intento no espoilear nada en estos comentarios, pero es difícil encarar este libro sin saber que el libro empieza con la llegada de dos jóvenes de clase alta, Gowan Stevens y su noviecita Temple Drake, a un antro suburbano donde se vende alcohol ilegal, e incluye al menos un secuestro, una violación, un asesinato, además de otros crímenes como destilar y comercializar alcohol ilegal, cometer perjurio durante un juicio, ejercer o promover la prostitución y hacer justicia por mano propia. Todo eso vuelve a la novela la más gótica, oscura y sórdida de Faulkner.
Comparada con otras de la saga, es más lineal y fácil de leer (aunque igual es más difícil que la gran mayoría de las novelas de cualquier otro autor que se les ocurra); aparecen también algunos temas importantes y recurrentes en la saga, como la injusticia de la Justicia, la disociación absoluta entre el sexo y el amor, la necesidad de cumplir con el propio destino aunque se sepa que solo se puede llegar a un rotundo fracaso, y los recovecos y pormenores de la locura (en este caso, centrada en el personaje de Popeye (“ojo saltón”), un psicópata depravado, más cercano al Christmas de Luz de agosto que al Benjy de El ruido y la furia (aunque Popeye es más lineal, más homogéneamente maligno, y por lo tanto mucho menos interesante, como personaje, que Christmas). Hay, como en muchas otras obras de la saga, un trasfondo de clases sociales (ricos versus pobres, en este caso, más que blancos contra negros) y, por más que de los tres protagonistas (Horace, Popeye y Temple) dos son varones, los personajes secundarios femeninos, como Ruby, Narcissa y miss Reba, son excelentes.
En fin: aunque no es el mejor libro de Faulkner, Sanctuary es, en líneas generales, una buena novela; tiene cosas interesantes, está re bien escrita y vale la pena leerla. Aunque si van a leer un solo libro del autor, no recomiendo que sea este, pues se quedarían con una idea de la literatura de Faulkner un poco desviada de la realidad. A quienes lean esta novela, les recomiendo que lean luego Requiem for a Nun, que es su continuación y que comentaré en mi próximo posteo.
Una curiosidad
Por su temática y su éxito comercial, esta es la novela de Faulkner que tuvo más versiones cinematográficas. Apenas dos años después de su publicación salió la primera película basada en el libro: La historia de Temple Drake (1933), con Miriam Hopkins como Temple y Jack La Rue como Popeye (aunque su personaje se llama Trigger, “gatillero”, porque no podía llamarse Popeye, “ojo saltón”, por cuestiones de copyright: ya se llamaba así Popeye el Marino, que había empezado como tira cómica pocos meses antes de la publicación de Santuario...). La película toma los hechos base, pero no se ajusta a lo que sucede en la novela, en particular en el final, que es bien diferente. Aquí pongo el trailer, pero la peli completa se puede ver en Youtube.
Santuario también inspiró a la novela (y posterior película) Ninguna orquídea para la señorita Blandish, de 1939, que fue considerada terrible y controversial (y fue también, claro, un gran éxito comercial). Es muy curioso que al personaje equivalente a Popeye lo hace el mismo actor que lo había hecho en la película anterior, Jack La Rue.
La novela de Faulkner también inspiró a un par de películas más, como La banda de Grissom (1971), o Carga 200 (2007). Y hay una película llamada Santuario, de 1961, con Lee Remick e Ives Montand, pero a esa peli la comentaré en el próximo posteo, porque reúne lo que sucede en ambos libros: en Sanctuary y en su continuación, Requiem for a Nun.
Un fragmento
Él se dio vuelta y la miró. Sacudió ligeramente la pistola y la guardó en su saco, luego caminó hacia ella. Al moverse no hacía ningún ruido. Cuando fue abierta, la puerta bostezó y chocó contra el marco, pero tampoco hizo ruido; era como si el sonido y el silencio se hubieran invertido. Ella podía oír denso susurro del silencio mientras él lo cruzaba en dirección a ella y lo hacía a un lado, y ella empezó a decir Algo está por pasarme. Se lo decía al viejo con los coágulos amarillos en lugar de ojos.
—¡Me está pasando algo! —le gritó al viejo, que estaba sentado en su silla al sol, con las manos cruzadas sobre el mango del bastón.
—¡Te dije que pasaría! —gritó ella, vaciando las palabras como burbujas cálidas y silentes en el silencio brillante que los rodeaba hasta que él volteó su cabeza y los dos coágulos quedaron arriba de ella cuando ella quedó tirada desparramada y golpeada en los ásperos tablones soleados.
—¡Te lo dije! ¡Te lo dije una y otra vez!
(en el capítulo 13)
Respuestas de “A jugar con Faulkner”:
1. Respuesta c. “A través del arroyo Popeye parecía contemplarlo con dos picaportes de goma negra y blanda.
—Le estoy preguntando —dijo Popeye—, ¿qué tiene en el bolsillo?
El saco del otro hombre seguía quieto, doblado en su brazo. Levantó su otra mano en dirección al saco, de uno de cuyos bolsillos sobresalía un sombrero arrugado de fieltro; del otro, un libro.
—¿Cuál bolsillo? —preguntó.
—No me muestre —dijo Popeye—. Dígame.
El otro detuvo su mano.
—Es un libro.
—¿Qué libro? —preguntó Popeye.
—Solo un libro. De esos que la gente lee. Algunos lo hacen.
—¿Usted lee libros? —preguntó Popeye.”
2. ¿Qué quiso decir Willy? a. kin = can (poder); b. mo = more (más); c. gemman = gentleman (caballero); d. nuttin = nothing (nada).
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