Hoy les norreseño brevemente un inusual libro, publicado hace poquitos meses (noviembre de 2018) por ninguna editorial y sin editor.
Es que los mismos autores son quienes impulsaron la edición, a pulmón-power. Eso vuelve un poco más difícil conseguir el libro, pero no imposible. Y vale la pena conseguirlo: es un hermoso libro, con una edición cuidada por donde se la mire, tapa dura, buen papel, buen formato para que se luzcan las ilustraciones... un libro del que ambos autores están orgullosos (lo sé, hablé con ellos), y que se nota que estuvieron mucho tiempo (muchos años, de hecho) pensando y armando, creyendo en el proyecto al punto de poner no solo tiempo y trabajo en él, sino también dinero (que es, claro, una forma de condensar eso mismo, tiempo de trabajo).
(Digresión: pueden pasear por www.polybernatene.com/sombreros, para conocer más sobre la obra e incluso, por qué no, comprarlo.)
El eje son los sombreros. Un artículo de vestir que no está precisamente de moda y que tuvo mejores épocas, pero que permite aquí proponer una gran diversidad de textos y sugerir un enorme abanico de caminos, ideas, visiones y propuestas: debajo de todo gran sombrero hay una gran cabeza (dijo creo que Winston Churchill), y donde hay una cabeza hay siempre un personaje con algo para descubrir(se).
Por una parte, una treintena de cuentos breves y poemas de Luciano, algunos encadenados (como aquellos en los que el narrador persigue su sombrero ideal que, apenas encontrado, se alejó en vuelo indetenible) y otros autónomos, con muy distintos géneros y climas: fantasía, terror, suspenso, anécdotas reales o imaginadas. Son textos que se disfrutan en el manejo cuidadoso de las palabras, los ritmos y los sonidos, y que van armando, cuento a cuento (cuenta a cuenta) un collar de textos que se lee y relee con gusto.
Y las imágenes no solo acompañan: narran también, como solo los mejores ilustradores saben hacer (y Poly está entre ellos). Para cada texto de sombrero, una imagen con sombrero, formando un conjunto infinitamente diverso que sorprende página a página, cada vez con una técnica diversa, con un uso sabio y sensible de la luz y los colores.
Estas sugerentes imágenes valdrían la pena, harían un libro valioso, aun si estuvieran solas: junto con los textos, construyen una obra de esas que uno atesora en su estante de libros bellos y retoma cada tanto para disfrutar de un buen momento de literatura.
En fin: un libro para sacarse el sombrero. Y volvérselo a poner. Más que recomendado.