Continuando esta serie de comentarios sobre libros inquietantes, vamos con otra novela recién publicada (2019) por Norma en su colección Zona Libre, con la dirección de Laura Leibiker y la edición de Laura Linzuain. Se trata de Mientras no muera tu nombre, de Liliana Cinetto.
La novela plantea una especie de doble trama: en primer plano, Marina, una adolescente que escribe poesía, comienza a ir a un taller literario, alentada por Milo, el chico del que ella está enamorada. En segundo plano, Marina encuentra una vieja fotografía en la que aparece su tía Cecilia, la hermana de su madre. Cecilia murió hace mucho, pero ni Marina ni su hermana Belén saben nada de ella, y deciden preguntarle a la madre, que comienza a develar una dolorosa y oscura historia familiar.
Y de pronto, en ambos planos (por un lado, la historia presente de Marina y su relación con Milo, que pronto se convierte en noviazgo; por otro, la historia antigua de la tía Cecilia y su casamiento con César) se hacen evidentes, poco a poco pero escalando con rapidez, relaciones de pareja violentas.
No violencia física de golpes y patadas, sino violencia psicológica: Milo, camuflado en ese amor brillante y en una supuesta superioridad intelectual que proclama constantemente, anula a Marina, la hunde, la hace aborrecerse a sí misma y a lo que escribe y a cómo se ve y a todo lo que hace. La hace, como esos ejercicios literarios que hacen en el taller, romperse y descascararse y deconstruirse y dejar de ser hasta convertirse en un cadáver exquisito.
Paralelamente, van descubriendo lo que pasó en aquella otra historia, la de la tía, en la que el tal César, tras casarse con Cecilia, se la llevó muy lejos, hizo que cortara toda comunicación con sus seres queridos, y la fue llevando, lenta pero inexorablemente, a la muerte.
Y hacia allí parece ir Marina: las palabras de un psicópata pueden tranquilamente matarte, en especial si lo amás. En el taller literario, los amigos y compañeros de Marina se dan cuenta de que Milo es nocivo, pero Marina no lo acepta, no escucha. E incluso aquellos que se dan cuenta de lo que sucede, no saben bien qué hacer para ayudar a Marina, ni hasta qué punto deben preocuparse por ella o “dejarla ser”...
Ambas historias, la de Marina y la de Cecilia, terminarán finalmente tocándose antes de que llegue el desenlace de esta novela excelente, de gran ritmo y mucho suspenso y que genera en el lector una gran inquietud, porque uno se preocupa también por esos personajes y quisiera también ayudar, y avisar, y hacer algo para evitar que pase lo que parece inevitable que suceda.
La novela está basada en una historia real, familiar, personal de la autora. El compromiso del autor con lo que está contando siempre hace más difícil que el resultado sea literariamente bueno; sin embargo, aquí Liliana consiguió plasmar una gran obra, bien estructurada y súper bien escrita, que se lee con gusto y, a la vez, con inquieto estupor.