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¡Cuac!

  • vargassebastianh
  • hace 33 minutos
  • 2 Min. de lectura

Este libro álbum de Jimena Tello como autora integral (ella escribió el texto y realizó las ilustraciones) se publicó hace pocos meses por la editorial chilena Claraboya, con la dirección editorial de Valeria Mari.

Me encantó este libro, me parece de una gran genialidad.

Ya desde la tapa, donde vemos una escena llena de indicios de lo que vendrá en la historia: un adulto bañándose en la bañadera, con unos anteojos en peligroso equilibrio en el borde de la bañadera y, como punto focal de la escena, un patito de juguete… y también, en un costado y frente a la pared, una enigmática pluma que flota.


Y es que esta historia, protagonizada por un empleado de una cinemateca, homenajea a las películas “viejas” (que mucha gente de cierta edad, como yo, adoramos), en particular las de Chaplin (y hay aquí un humor muy chaplinesco) y las de Hitchcock (y hay un suspenso muy gracioso pero también muy marcado en todo el libro).


Arturo, el protagonista, encuentra por fin sus anteojos en la mañana y sale a trabajar: se nos cuenta brevemente su vida de joven empleado soltero y tímido en una ciudad (no se dice, pero se ve un poco como París, como una capital europea): su enamoramiento con Mora, la empleada de la panadería; sus conflictos con la dueña del edificio; su recuerdo de su abuelo, que lo llevaba a ver las películas de Chaplin y a ver a los patos en el río.


Hasta allí parece un cuento costumbrista sobre una existencia pacífica pero no demasiado interesante. Lo que no sabe Arturo (ni nosotros, hasta ese momento) es lo que sucede en la casa cuando Arturo no está… y cuando está también: habita allí una enorme familia de patos. Dos patos adultos y una multitud de patitos (no sabemos cuántos exactamente, pero son más de cincuenta), que hacen un gran escándalo cuando el dueño de casa no está, pero no dicen ni un ¡cuac! cuando él llega, para evitar ser descubiertos. En escenas desopilantes y encantadoras, vemos a los montones de patitos inadvertidos alrededor del miope Arturo mientras él se baña, cocina, lee o duerme.

Pero ¿seguirán pudiendo ocultarse las decenas de ánades, cuando Mora vaya a cenar a la casa de Arturo? ¿Qué pasará con los patos y con los humanos, si su presencia es por fin notada? ¿Podrá poner Arturo todos los patitos en fila, tanto en su casa como en su vida?


Cada hoja se disfruta un montón, y en parte gracias a las elisiones y saltos del texto (que deja fuera parte de la información, para que el lector llene los huecos a partir de los dibujos y de su propia imaginación) uno se detiene en cada doble página durante mucho tiempo para admirar los increíbles detalles de las escenas: las decoraciones de los lugares, los pósters colgados en las paredes, los objetos y muebles y, claro, los millones de patitos que se multiplican en cada página desplegando un divertido pero callado desbarajuste.


Hermoso libro de Jimena Tello. Recomendado.

 
 
 

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