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Apetito de elefante

Este álbum de Éric Battut fue publicado por Zorro Rojo recién (2023), con la dirección de arte de Sebastián García Schnetzer y la edición de Estrella Borrego. Yo hice la traducción del texto original en francés.


Battut es un autor francés muy reconocido y de gran trayectoria; aquí, con elementos muy sencillos, logra armar un libro que se disfruta ver y que resulta muy divertido de leer.

En cuanto a lo visual, todo el libro, de tapa a contratapa, es amarillo y rojo, con apenas un elemento negro: el círculo de la señora Araña, y un elemento azul: la (gran) mole del señor Elefante.


La Araña atrapa en su red nada menos que a un elefante, y muy satisfecha con su presa, se dispone a realizar las operaciones necesarias para comérselo. Es, sin dudas, una araña con un gran apetito (un “apetito de elefante”). Pero en cada escena, al punto de vista de la Araña se contrapone el del Elefante, que entiende lo que está pasando de una forma completamente distinta: él no fue atrapado por la telaraña, sino que vio un columpio atado entre dos árboles y quiso balancearse en él (recordando, probablemente, la historia familiar de los muchos elefantes que se balanceaban sobre la resistente tela de una araña). Y en cada escena posterior, mientras la Araña lo lleva a la casa para cocinarlo, lo limpia, lo adoba, lo marina, lo sazona, lo saltea y lo emplata, el Elefante solo cree que aquella simpática araña está jugando con él y pasa una tarde encantadora entre juego y juego.


El humor de este álbum funciona, entonces, a partir de un doble mecanismo: por un lado, el contraste de tamaños y actitudes de ambos protagonistas (el enorme elefante que es la presa, la pequeña araña que es el predador); por otro, el malentendido entre ambos personajes: la Araña trata al Elefante como un pedazo de carne, con la intención de comérselo, pero el Elefante nunca se da cuenta de esas intenciones de la pequeña señora a quien considera, muy pronto, una nueva amiga, incluso mientras lo saltean con finas hierbas en una sartén al fuego.


Pero el malentendido deberá, de alguna manera, resolverse: ¿entenderá al fin el Elefante que se lo quieren comer? ¿O será la Araña quien comprenderá que aquella enorme presa azul no es una cena común y corriente?


Un bello y gracioso libro, muy sencillo en su propuesta pero atrapante, y más nutritivo de lo que esperábamos al abrir la primera página.


Recomendado.

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