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Aruspicina

  • vargassebastianh
  • hace 8 horas
  • 3 Min. de lectura

Este libro de poemas de Carolina Musa fue publicado por la editorial santafesina 7vidas recién (2025), con dirección editorial y diseño de Patricio Bordes y dibujo de tapa de Mariana Reyes.


La palabra del título parece el nombre de un remedio, pero no: es un término de origen latino (yo no lo conocía, aunque sí me suena más arúspice) cuya definición aparece como epígrafe del poemario:

Del lat. haruspicina.

1. f. Arte supersticiosa de adivinar por las entrañas de los animales.


Y hay otro epígrafe, también significativo:

Yo es una consigna.

G. Deleuze y F. Guattari, Mil mesetas.

 

A partir de estos epígrafes se extiende un conjunto de poemas que, delicada y supersticiosamente, van adivinando el futuro (y, sobre todo, el presente), pero las entrañas diseccionadas que se observan son las propias: la poeta se mira a sí misma, y desgrana su yo con la consigna de describir todas las facetas que componen su complejo ser; cada título de cada poema señala una de esas facetas, un elemento de esa legión que vive (no sin conflictos) dentro de ella: “una artista harta”, “una tía disfuncional”, “una jipi recienvenida”, “una etnógrafa en barrio acindar”, “una empleada emancipada”, “una lectora de saldos”, “una bruja hiperrealista”, “una melancólica”, “una indescifrable”…

 

una cesanteada romántica

no me puedo sacar de la cabeza a la heroína

de la novela de las diez: el maldito patrón

desesperado enamorado

le ofrece un millón de pesos por mes más

viáticos en mi nariz

por un trabajo sencillo, al parecer

algo más que manipular papeles y hacer café, full time

mientras cenan fideos con exquisita salsa de hongos

y descorchan un champán francés, mon a mur

e l l a l o e s t á p e n s a n d o

¿y yo me siento insultada?

¿por el trabajo que le ofrece

o por el modo en que la mira?

el deseo que es solo y nada más de él

ahhh siempre lo mismo en estas novelas románticas

ese grado urticante de la entrega total

y sin embargo las veo: una vez, otra vez

presto atención a los gestos mínimos

dedo que roza dedo en taza de té

un gesto ínfimo de crispación

no sé por qué lo hago,

                                                  bah                                   

 

Caro Musa, además de poeta, es novelista y editora (de la prestigiosa editorial Libros Silvestres), y aquí nos sorprende con poemas profundos pero que se sienten a la vez cercanos (en el lenguaje y en la realidad que describen), llenos de humor (pero un humor mordaz, un poco melancólico y burlón) y de una sinceridad que no teme hundir el cuchillo dentro de su propio ser para por fin ver(se) y ojalá entender(se) algo, buscar un atisbo de unidad en esa multiplicidad caleidoscópica que, por suerte o por desgracia (pero en todo caso inevitablemente), nos habita.

 

una extorsiva

rezo porque es una costumbre ritual ancestral

desde el punto de vista acústico similar a la meditación

una suerte de meditación que invade lo sonoro

aunque ya sonó pretencioso

¿de qué hablás?

necesitás un argumento

para decir que rezás

por si acaso no sea que te vean

o mejor te oigan y se note

el balanceo rítmico del torso

cuando tu hermano menor el estudiante crónico

san antonio

va a rendir su última materia

san pedro santa rita

patrona de lo imposible no lo rechacés

que ha de estar en capilla san expedito seis veces

patrono de lo urgente la rindió, con esta siete

es buena gente buen pibe y quisiera

que se largue ya de mi su casa, es decir: la suya

mía casa ¿eh? la nuestra casa mía

dios te salve maría ¿eh?

quedamo así

 

Aruspicina es, en fin, un libro engañosamente pequeño, con una profundidad poética que el tono coloquial y suburbano intenta desmentir sin conseguirlo; los poemas quedan dando vueltas en remolino en el interior de quien lee y temo ahora que, para terminar de entender por qué resonaron en mí estos versos, ahora tenga yo que abrir este mejunje oscuro e interpretar lo que susurran mis entrañas.

 

Recomendado.

 
 
 

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