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Aldao

Esta novela de María Teresa Andruetto fue publicada por Random House en 2023.



Hay tanto para decir que no sé bien por dónde empezar, así que mejor empiezo por la conclusión: esta es una gran novela. La contratapa define a la Tere como “la Annie Ernaux latinoamericana”, y me causa un poco de gracia eso: por más que parece un elogio (Ernaux es innegablemente una muy buena autora), ya quisiera Ernaux (y no podría) ser “la Andruetto europea”. Porque la Tere (aquí, y en toda su obra) no hace literatura del yo, sino “apenas” literatura. No escribe sobre ella misma; o mejor dicho, lo hace (es inevitable, uno siempre escribe a partir de quien es y de lo que vivió), pero sin que ese sea su objetivo ni su eje. Toma como material la realidad, claro que sí, pues escribe a partir de cosas que sucedieron a su alrededor y, a veces, a ella misma en persona; pero al no tener la atadura de tener que contar tal cual sucedió algo que le pasó a ella o a otra persona específica, puede construir una ficción que refleje esa realidad personal, grupal y social en una forma no solo más poética (¡cómo se disfruta leer esta prosa!), sino también más fiel a la crudeza, la violencia, el miedo, la precariedad y el dolor de una época y un lugar. Quien escribe ficción miente, pero para decir mejor la verdad.


Aquí, la Tere nos presenta un pueblo ficcional del interior del país, Aldao, construido a partir y alrededor de un hospital psiquiátrico (basado parcialmente en el neuropsiquiátrico de Oliva, pueblo en el que la Tere vivió en su juventud). Aldao ya había aparecido en algunos cuentos previos y en Lengua madre, pero aquí se vuelve central: no solo porque da título al libro, sino porque ese pueblo armado a partir de un manicomio en el que encierran a las mujeres que no se ajustan a lo esperado es también, por fuera de las paredes del manicomio, un lugar de encierro donde otras mujeres se esconden e intentan escapar.


Eso hace la narradora principal, militante de una Organización nunca especificada, en un precario conventillo donde se oculta de los asesinos y delatores en la época más feroz del terrorismo de Estado a fines de los setentas. En un principio se esconde junto con su pareja, pero pronto él se va y la deja a ella con la hija, sin trabajo y sin posibilidades de buscarlo abiertamente. Esa hija, Diana, luego crece y aparece también como protagonista de unos capítulos conmovedores, escritos en una prosa poética en la que unas pocas palabras quedan solas en el renglón, destacadas como tiempos fuertes en un compás de sentido. Y Diana, a su vez, habla de su hija Clara, y de cómo pasaron la pandemia del covid. Y aparece la historia de Ilaria, la madre de la narradora inicial, de forma que se va armando, en y alrededor de Aldao, una línea de madres e hijas que intentan sobrevivir primero, y vivir sobre todo, a pesar de los peligros y violencia con que las sitian las instituciones (casi siempre dirigidas, para sorpresa de nadie, por varones).


Este pueblo inventado (pero a la vez tan creíble) que se vuelve protagonista me llevó mental e inevitablemente a Onetti, a las novelas de Santa María: sentí a Aldao como una novela onettiana en la mejor forma posible, es decir, no intentando serlo, no queriendo copiar a Onetti, pero participando de ese espíritu (que vuela también desde las novelas sureñas de Faulkner) de tristeza irredenta y de rebeldía, de búsqueda de una salvación que se presume imposible, de querer sobrevivir a toda la locura que nos rodea en la única forma (quizá ilógica) en que podemos intentarlo.


En fin, paro aquí, no quiero ponerme a divagar, solo quería recomendarles el libro. Una gran novela de la Tere Andruetto, no se la pierdan.

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