Este álbum con texto de Laura Wittner e ilustraciones de Natalia Bruno fue publicado en 2021 por Lecturita Ediciones, con la dirección editorial de Celina Alonso.
(Digresión: me gusta que el libro incluya crédito para el corrector, Gustavo Wolovelsky. Muchas veces se tiene la idea de que un texto breve o poético o destinado a lectores pequeños no precisa corrección; eso es falso. Aquí el texto quedó impecable, y se agradece).
El texto es un poema que se va construyendo a partir de preguntas y respuestas. Preguntas que surgen, como anticipa el título, “justo antes de dormir” (en eso nos parecemos todos, niños y adultos: antes de dormir nos asaltan todas las preguntas).
¿Quién pregunta, quién responde? No lo sabemos, aunque la ilustración define que es una madre y su hija.
Pero ¿cómo fue que se hizo de noche?
Nos taparon con una manta gruesa y suave.
¿Y el sol?
Miró para otro lado.
Las respuestas que se van dando no son científicas, sino poéticas. Seguramente si esas preguntas fueran realizadas durante el día, las respuestas serían diferentes; pero en ese momento fronterizo, justo antes de dormir, las respuestas apuntan a un pensamiento mágico que, en vez de impartir conocimientos, busca generar imágenes y conectarlas, y funcionan como un arrullo para que esa persona que pregunta aplaque sus inquietudes y se vaya durmiendo. Lo importante no es qué se responde, sino responder: que suene esa voz que tranquiliza y acuna. Me parece una gran idea, y un texto hermoso de Laura Wittner.
El texto, por supuesto, no funciona solo, aquí, sino en equipo con las impactantes ilustraciones de Natalia Bruno. Históricamente nos enseñaron (por repetición, al menos) que los libros para niños pequeños deben tener colores plenos y saturados: rojo fuego, amarillo sol, verde loro. O, como variante, colores pastel pero luminosos: rosita, celestito, verdecito. Aquí, la ilustradora nos presenta todo lo contrario: una paleta de colores oscuros y tonos quebrados, ocres, malvas, musgos, donde incluso las luces adquieren tonalidades nocturnas.
El resultado, además de original, es increíble: cada página del libro es una maravilla, y uno puede estar largo tiempo admirando esas escenas en claroscuro que tienen una cualidad casi de pintura del barroco, en las que se alternan escenas cotidianas de los momentos previos a dormir (lavarse los dientes, ponerse la ropa de dormir) con otras de paisajes umbríos y sugerentes, con seres bosquianos en bosques y cielos llenos de magia. Creo que fue osado plantear el libro así (y publicarlo), pero esa valentía fue la decisión correcta, porque el libro es precioso y, al leerlo, uno podría imaginarlo diferente, pero no mejor.
Pero no me extiendo más. Este es un libro que puede, sin dudas, ser leído por un adulto a una niña o un niño. Pero también sin dudas puede y será disfrutado incluso por lectores adultos, como quien suscribe.
Gran libro. Recomendado.
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