Peludo Normandus Ciboulette
- vargassebastianh
- 4 sept
- 2 Min. de lectura
Esta novela de Maricel Palomeque fue publicada por la editorial cordobesa Los Ríos, con la dirección editorial de Tamara Pachado y Matías Lapezzata, en 2021. Las ilustraciones son de Lucas Aguirre.

Se trata de una novela de ciencia ficción distópica, pero a la vez, es una historia muy divertida y uno se ríe mucho al leerla. En un futuro (podría ser bastante cercano, o un poco lejano), con el medio ambiente severamente comprometido (y un gobierno bastante tiránico llamado la Central), que a mí al menos me recordó ese mundo oscuro de Phillip Dick en Sueñan los androides con ovejas eléctricas, gran parte de las especies vivas vegetales y animales están en peligro de extinción, y paralelamente la biotecnología (y el consumismo) produce un montón de mascotas híbridas “domesticadas” para una función determinada:
Osos polares de escritorio, jirafas con dos cabezas, delfines para peceras, leones de bolsillo… Desde que la Central permitió domesticar cualquier animal —incluidos los híbridos— la lista de catálogos es interminable: mascotas decorativas, para ayuda doméstica, para rehabilitación, contra el aburrimiento, anti estrés, clonadas, comestibles sin azúcar agregada, perfumadoras de ambientes, etc., etc., etc.
La narradora es Drusilla, que se dedica a cultivar una huerta con especies vegetales en peligro de extinción (plantas que hoy en día, por suerte, aún se consiguen, como maíz, limoneros, orégano, romero, zapallitos...). Un día, recibe un envío postal aéreo con una mascota de regalo. No sabe de dónde vino ni por qué le llegó a ella, pero viene con un instructivo, y las instrucciones son bastante complejas. El animal no se sabe bien qué es, y responde al nombre de Felpusterris, aunque Drusilla, al verlo peludo, decide llamarlo Peludo: recibió un Peludo de regalo.
Muy pronto la relación entre el Peludo y su dueña desbarranca, cuando el extraño ser comienza a succionar (y comerse) las delicadas y valiosas verduras de la huerta, y entonces Drusilla comienza un largo y difícil recorrido para intentar deshacerse, en la forma que sea, de esa mascota de aspecto alienígena que amenaza destruir toda su vida (y la de sus plantas). En el camino, el Felpusterris acumulará algunos nombres extra, y será llamado como el título del libro: una denominación tan insólita como adecuada al ser vivo que la porta.
Un gran aporte de Maricel Palomeque a la ciencia ficción argentina (y a la LIJ, de paso), con una original novela a la vez distópica y humorística, en una bella edición de editorial Los Ríos.
Recomendada.



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