Este libro, publicado recién (2019) por Loco Rabia editora, en su colección Loquillos (historietas para chiques y grandes) con edición y diseño de Mariana Salina e ilustración de tapa de Aleta Vidal, tiene más de veinte autores. Es que, como se aclara ya en la bajada del título, esta es una “Antología de historietas infantiles argentinas”.
La historieta es un género necesario, lleno de posibilidades, de sorpresas y de magia. Les chiques lo saben bien; cuando crecemos, a veces, algunes nos olvidamos. Por eso siempre es una buena noticia comentar una nueva publicación de historietas. En este caso, para que pudiera publicarse esta obra se realizó una campaña de crowfunding (uno podía comprar el libro anticipadamente), y si bien la campaña no llegó a reunir la totalidad de lo esperado (que era bastante plata), alguien aportó lo restante (quizá les editores) y se concretó la publicación, por suerte. Este libro es, a la vez, un homenaje a Diego Cortés, impulsor del proyecto original, cuyo fallecimiento dejó el libro en stand-by un tiempo, hasta que pudo llevarse adelante la campaña colectiva (impulsada principalmente por Aleta Vidal y Mariana Salina).
Cada una de las 18 historietas que integran este volumen (156 páginas en total) inicia con una portada y, a vuelta de página, una breve biografía o autobiografía de cada autor (algunos son autores integrales, en otros casos la historieta es una colaboración entre guionista e ilustrador/a). Me causó mucha gracia la variedad de formas de presentación, desde elaborados y extensos textos (en primera persona o más “serios”, en tercera) que desarrollan todo el currículum del autor hasta este, el más breve:
Brian Janchez (1985). Le gusta hacer historietas.
No hay tema unificador, ni un estilo, ni un género, ni un tipo de relatos que hile todas las propuestas de Pumbapá. Y eso, considero, es un acierto de los editores, porque el lector no solo no se aburre, sino que ni siquiera puede imaginar qué tipo de historia vendrá después de cada portada. Hay historietas chistosas y desaforadas, cuentos de superhéroes, de mascotas, de magia, de viajes, de ciencia ficción, de misterio, de ternura, de fantasía, de lucha; historias sin palabras, otras muy dialogadas, otras con pequeñas dosis de texto desplegadas a cuentagotas; dibujos realistas, o líneas en lápiz a mano alzada, o tonos acuarelados, o brillantes colores digitales... Se puede encontrar de todo, en Pumbapá, y es casi imposible no hallar, en tanta variedad de colores y relatos, alguno (o muchos) que te encanten.
Mis favoritas personales:
- Misterioso Mister Red, guión de Hernán Carreras, dibujos de Paula Ventimiglia. Un poético y breve policial de fantasía, protagonizado por una especie de extraño muñeco rojo (¿vivo?) que se aparece ante el narrador (o la narradora) empapado, en un día despejado y seco.
- Gómez, de Brian Janchez. Un divertido episodio protagonizado por Gómez, empleado de un zoológico, y el león parlante e insaciable a quien le debe dar de comer... lo que sea.
- Cóndor, de Fabián Mezquita. Historieta sin palabras, en la que seguimos los viajes de un aviador. Las páginas están divididas en dos sectores que presentan viajes diferentes (pero simultáneos en la fantasía): una banda vertical del lado izquierdo (a dos colores) y el resto de la página, a todo color, una aventura mítica en la que se consigue, tras imposible recorrido, un artefacto impensado.
- Piñata, de Sole Otero. Tierno thriller de amistad con toques siniestros. En imágenes hechas a lápiz se relata la historia de Piñata, un perro que se perdió pero que luego de varios días regresa a la casa junto con Gabi, su dueño. Sin embargo, pronto se hará evidente que Piñata no parece ser exactamente el mismo de antes...
- Diego, niño y poeta, con guión de Luciano Saracino y dibujos de Nicolás Brondo. Tres episodios poéticos, cada uno de una página, en el que el niño protagonista interactúa con el universo entero que se conecta, mágica pero incuestionablemente, con su propio cuerpo (como cuando abre una puertita sobre su pecho para sacar de allí su propio monstruo interior o la Luna que lo visitaba). Cada página cierra con un breve poema o imagen poética.
Y hay muchas historietas más, listas para ser descubiertas y disfrutadas. Por todo eso, vale la pena que busquen, consigan y lean (o regalen) Pumbapá. Que ojalá sea el primer volumen de toda una serie.
Recomendado.
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