Este libro álbum con poemas de María Luz Malamud e ilustraciones de Nadia Romero Marchesini fue publicado por Pez Menta en la segunda mitad de 2020, en Mendoza, y tiene la particularidad de ser el primer libro de esa editorial recién nacida (publicar cualquier libro en 2020 requirió valor; imaginen comenzar una editorial...).
Se trata de un libro muy bello, ya desde la edición: es de esos libros que da gusto tener entre las manos, y uno hace pasar las hojas con lentitud, como saboreando.
Estructuralmente es sencillo: en cada doble página hay un poema del lado derecho y una imagen del lado izquierdo (aunque a veces la imagen cruza esa frontera).
Los poemas, muy breves, presentan cada uno un instrumento musical diferente, pero esos instrumentos musicales brotan y suenan por y para la naturaleza, configurando junto con ella esa patria de sonidos, ese lugar donde la música tiene su hogar: la guitarra es guitarra porque la lluvia la enciende, las castañuelas pellizcan el agua accionadas por los sapos.
Salpica el monte
la quena,
aguijones duelen
en el corazón de las lechuzas.
Esa particular musicalidad de los poemas funciona a la perfección con las hermosas ilustraciones, sugerentes y poéticas también, hechas con una técnica mixta (con el lápiz marcando la melodía y acordes de tonalidades naranjas y azules, pero no son colores chillones, sino quebrados en un punto de negro). A veces, las imágenes presentan personajes y situaciones que el poema no mostraba, con lo que completan toda una narración poética que describe ese lugar donde la música vive hecha poesía, y se redondea así el disfrute de quien lee.
Como dije, un libro muy bello, que va directo al estante de los libros lindos.
Recomendado.
La armónica
ese pez metálico
que silba cielos.