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La saga de Yoknapatawpha

Actualizado: 23 dic 2021

Hace unos meses hice una serie de comentarios sobre sagas in-LIJ (abajo pondré los links, por si quieren pispear o recordar), pero me faltó esta, la gran saga de William Faulkner. No la comenté en ese momento porque aún la estaba leyendo: durante casi todo el 2021 me dediqué a leer todos estos libros, con parsimonia y en inglés. Comencé en marzo, cuando asistí a un curso introductorio a Faulkner que dieron los grandes escritores Juan Mattio y Kike Ferrari, y ahí tomé envión y fui consiguiendo los demás libros (o consiguiendo que me los regalaran mis amigas, ídolas) y completé la lectura en papel (en realidad, me queda aún una veintena de cuentos por leer, pero los voy liquidando de a poquito, para que me duren).


Estamos hablando de diecisiete libros largos, de entre 200 y 500 páginas (salvo los Cuentos reunidos, que son un ladrillo de más de 900). La mayoría novelas, o algo así como novelas: Faulkner fue un gran experimentador de estructuras narrativas, y algunos de los títulos de esta saga podrían clasificarse como antología de cuentos, superposición de nouvelles, novela o hasta obra de teatro, según se prefiera.


Leerlos en inglés no es imprescindible, claro. Pero tampoco da lo mismo: la prosa de Faulkner está con seguridad en el top 5 de las más complejas en la historia de la literatura (Joyce y Kafka están en ese grupo también) y su ritmo, su sonoridad, su multiplicidad de sentidos y sus infinitas sutilezas se pierden por completo, en las traducciones. Además, todas las traducciones al castellano que conozco fueron hechas entre las décadas del 40 y del 70, cuando no se le daba a la traducción literaria la importancia que hoy (ojalá) tiene, así que esas traducciones son, en su mayoría, descuidadas, flojas o directamente malas. Así que si pueden leerlo en inglés, lo recomiendo. Pero si no pueden, léanlos en castellano y les aseguro que tampoco se arrepentirán.


En disculpa de esos traductores hay que decir que es prácticamente imposible, la tarea de traducir bien a Faulkner: el traductor está, como los personajes de esos libros, condenado de antemano a un fracaso más o menos rotundo. Y, al igual que esos personajes, lo sabe. Solo por mencionar algo: en toda esta saga, lo que dicen los personajes está transcripto fonéticamente (la palabra aparece escrita así como suena, uno puede encontrarse con palabras como lawd o yessum, y tenés que descubrir por vos mismo que quieren decir lord y yes, ma´m), así que cada vez que leemos las palabras de un personaje, sabemos automáticamente si es negro, si es blanco pobre (“white trash”) o si es blanco “de buena familia”. Todos los intentos que se hicieron para pasar eso al castellano (por ejemplo, haciendo que los negros hablaran en lunfardo, o como cubanos o portorriqueños, o que los blancos pobres hablaran como idiotas o afásicos) fallaron en forma estrepitosa, porque no es solo que los personajes hablan diferente, sino que esas variantes marcan la pertenencia de cada quien a una cultura y una clase social determinada. Pero, más allá de que es muy difícil traducirlo bien, a Faulkner, lo cierto es que los traductores no se esforzaron demasiado, tampoco (ni siquiera los títulos de los libros están bien traducidos, en muchos casos).


Pero entrando de una vez en el comentario, tengo que decir que es espectacular, esta saga. Y única. Con ella, Faulkner se colocó entre los mejores novelistas de este mundo. Quizás, incluso, sea el mejor. Quizás no lo sea (tal vez nadie lo sea), pero tan solo que podamos candidatearlo a un título así demuestra lo grande que es. Está entre mis autores favoritos, sin dudas.


¿Qué hizo, Faulkner, aquí? En principio, creó un condado imaginario, Yoknapatawpha (se pronuncia “iocnapatáufa”, aproximadamente: es un nombre indígena, choctaw), parte del Sur de los Estados Unidos post derrota en la Guerra Civil, y lo dotó de geografía, de instituciones, de un pasado largo y un futuro incierto, de próceres y villanos, de familias completas y complejas (los Bundren, los Compson, los McCaslin, los Snopes, los Sutpen...), de centenares de personajes interrelacionados, de anécdotas compartidas, de fantasmas, héroes, prejuicios y hasta de una visión de mundo particular. Y luego desplegó ese universo en 6000 páginas de una literatura tan fenomenal como pocas veces logró producir un ser humano.


Porque cada libro de esta saga es bien distinto de los demás, y una genialidad. Diría que, de los 17, solo uno es flojo, mientras que los demás oscilan entre muy buenos y maravillosos (siempre es mi opinión subjetiva, claro). Me cansé de marcar, en cada libro, párrafos hermosos, frases inolvidables, escenas indelebles. Y de ninguna manera pienso ni pensaré nunca igual que Faulkner ni que sus personajes, pero les juro que igual disfruté un montón de leerlo.


Y esos 17 libros se interrelacionan entre sí en múltiples niveles: no solo hay personajes que se cruzan en historias distintas, sino que también hay lugares, escenas o incluso detalles de historias que e interconectan y reaparecen (cada vez con variantes) en textos diversos, o historias que se completan, inesperadamente, en una escena perdida de una novela diferente. Solo por dar un par de ejemplos, entre centenares posibles:


- En el Ayuntamiento (y cárcel) de Jefferson (la ciudad capital imaginaria del imaginario condado) hay un vidrio que tiene un nombre tallado con un anillo de diamante, y ese vidrio (y ese nombre) aparece mencionado en cuatro libros diferentes, sin que nunca se explique del todo su porqué.


- La historia de la familia Compson aparece principalmente en The Sound and the Fury, pero el final-final de esa historia, lo que sucedió años después con Maury y Jason y la propiedad familiar, se cuenta “como al pasar” en una escena muy secundaria dentro de The Mansion, el tomo final de la trilogía de los Snopes (un libro escrito por Faulkner treinta años después del arriba mencionado).


- Al ir leyendo (en el orden que nos inventemos, porque no hay uno establecido), inevitablemente vamos conectando esos personajes y lugares ya conocidos, de forma que con solo leer, en la página tres de un libro, el nombre de Gavin Stevens, ya sabemos no solo que es el abogado del pueblo, sino todas las historias que protagonizó, aquellas en las que participó como actor secundario o solo como testigo casual, sus amores (Eula Varner y Linda Snopes), sus parientes, su forma de pensar: todo. Y aún no leímos nada del libro en cuestión.


- Vamos reconociendo también algunos motivos e ideas que se repiten, con variantes, en los diferentes libros: la opresión de los negros y la de las mujeres, y cómo las personas de ambos grupos se desenvuelven dentro de ese marco de opresión para evadirla o al menos adaptarla; La Biblia, Shakespeare y las tragedias griegas como intertextos; la Justicia como una institución que hace de todo menos impartir justicia; la gran Derrota del Sur en la Guerra Civil y cómo esa derrota ante el Norte industrial moldeó las vidas y los destinos de todos y para siempre; el sexo como amenaza o castigo, pero siempre alejado del amor (que es, en sí, casi siempre una maldición más que otra cosa); el dinero como un dios frío y moderno que llegó para desplazar a los otros viejos dioses (la Patria, la Familia, el Dios Padre cruel de la cristiandad); el sordo y valiente enfrentamiento entre una persona y su destino inevitable y terrible; la maternidad/paternidad como motor de tragedias y proyectos truncos; la naturaleza como marco exuberante y colorido que contiene (y quizás complementa) el drama infinito de las personas... Se darán cuenta de que, en líneas generales, son mucho más drama que comedia, estos libros; y sin embargo, hay en varios de ellos unos toques de humor que, por lo escasos, más sorprenden en su graciosa liviandad.


En fin, para no extenderme más: una gran, gran saga in-LIJ, que no debería ser leída por niñes ni adolescentes (incluso diría que es preferible tener más de treinta (o mejor: más de cuarenta) años, para empezar a encarar esta lectura; a los libros que leí antes de esa edad, me doy cuenta ahora de que, en verdad, no los entendí). Súper recomendada.


Más adelante iré comentando estos libros de Faulkner uno por uno, porque se lo merecen. El listado de esos libros es este (en el orden que prefiero yo, que no es el de publicación ni el cronológico):

- The Unvanquished (“Los invictos”, se tradujo: mala traducción)

- As I Lay Dying (“Mientras agonizo”)

- Go Down, Moses (“Desciende, Moisés”)

- The Sound and the Fury (“El ruido y la furia” [no “el sonido”])

- Absalom, Absalom! (“¡Absalón, Absalón!”)

- Light in August (“Luz en agosto” [no “de agosto”])

- Sanctuary (“Santuario”)

- Requiem for a Nun (“Réquiem por una mujer”, otra mala traducción)

- The Hamlet (“El villorrio”, fea traducción del título; inicio de la trilogía de los Snopes)

- The town (“La ciudad”, también mala traducción)

- The Mansion (“La mansión”, fin de la trilogía de los Snopes)

- Intruder in the Dust (“Intruso en la riña” [no “Intruso en el polvo”])

- Knight´s Gambit (“Sacrificio de caballero” o “Gambito de caballo”)

- Flags in the Dust (“Banderas en el polvo”, acá sí; originalmente se publicó como Sartoris)

- The Wild Palms (“Las palmeras salvajes”, algunos no la incluyen en la saga, porque ocurre fuera de los límites geográficos del condado, pero para mí entra)

- The reivers (“Los rateros”, ponele, aunque sería mejor “Los maleantes” o algo así)

- Collected Stories (“Cuentos reunidos”)

(Faulkner escribió además algunos libros que no forman parte de esta saga, pero son, opino, sus peores novelas: La paga del soldado, Mosquitos, Pylón, Una fábula).


(Links a las demás sagas in-LIJ que comenté:

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